miércoles, 31 de octubre de 2012

PASALLA / IXE


Después de algunas semanas, encuentro un hueco para plasmar las reflexiones que van surgiendo cuanto más me involucro en el tema de la tracción animal ( TA ) aplicada a la agricultura.
Lo que en un principio me pareció una actividad residual y casi romántica que completaría el abanico de posibilidades que nos ofrecía la TA, se ha convertido en una de las actividades con más proyección, a mi modo de ver,  dentro de nuestro proyecto.
Siempre pensamos que tendríamos la oportunidad de trabajar el suelo en viñas e incluso dar un nuevo enfoque a la vendimia,  sopesamos la posibilidad de realizar ciertos trabajos en huerta, pero nunca más allá.
A día de hoy soy un firme convencido que la rapidez, eficacia y calidad que la TA puede aportar a la huerta , con un marco de plantación adecuado, aventaja a otros sistemas, así este mismo mimo con que se trabaja el suelo de la huerta se podría trasladar a la viña dando como resultado un suelo más vital y unas cepas más longevas y plenas, sin esas sogas alrededor de las raíces que son las suelas de labor y con un aplicación razonable de este mismo trabajo de suelo el más que posible arrinconamiento de herbicidas , y sin  incremento  de los litros de combustible gastados ( caballo de batalla de las producciones en ecológico)  
A nadie quiero convencer de la rapidez y eficacia, solo hay que ir a verlo, con un buen animal y los aperos adecuados, prácticamente todo el trabajo de suelo es factible.
La calidad la argumentaré de la siguiente manera:
Lejos de las caballajes de la moderna maquinaría que puede permitirse despreciar el estado del suelo, con una  salvedad, el tempero, y en los que  la preocupación del maquinista por encontrar el suelo en estado óptimo es muy limitada, ¿ cuantos meses/años pueden pasar sin que este agricultor pise su bien raíz, sin el que nada sería? existe un tipo de agricultor, hortelano para el que este factor es vital, necesita un suelo con grado de humedad óptimo para poder trabajarlo, la necesidad obliga y se esmera por mejorarlo y cuidarlo así como a sus frutales, alargar la vida de sus árboles, cepas…. Supliendo una menor cosecha con una mayor calidad de la misma
Este mismo agricultor pisa, toca, siente ese suelo en cada paso, cada vuelta, lo mima y lo conoce, quiere y puede sacar el máximo rendimiento sin agotarlo.
Estos mismos parámetros son aplicables al secano, el menor rendimiento que  podría  achacársele  con respecto  a la agricultura “moderna” se puede suplir con un menor gasto por hectárea, dejando un balance equilibrado, con menores inversiones en maquinaria ( cuantos años se tardan en amortizar la maquinaria moderna y cuantos años pasan hasta considerarla obsoleta), reparaciones, nulo gasto en combustible una gestión más tradicional del medio y un valor añadido que su producto puede conseguir .
Podría hablar de la eficiencia energética pero como de esto ya hablaba el anterior artículo lo obviare.
 Quizá ha vuelto el tiempo de racionalizar las extensiones de cultivo, de que las podamos hacer rentables económica y humanamente poder volver a  llevar  esos patrimonios que ahora se tienen que dar a hacer . Quizá esta sociedad de consumo este tocando a su fin

La TA es uno más de esos factores que pueden volver a situar a algunos de nuestros agricultores en un lugar que les perteneció por derecho, seguir siendo importantes en tanto en cuanto sean valorados como productores y no como meros consumidores de maquinaria, combustible, abonos, herbicidas …… premiados por su capacidad de llevar grandes extensiones de terreno a cualquier precio, pero viviendo de subvenciones  que no premian al excelente.
Sin duda la TA puede dar cabida a un agricultor de pequeñas extensiones, que busque la calidad de su trabajo, con pequeñas inversiones en aperos y con una sabiduría que su bien más preciado, el suelo, ha heredado y que en unas pocas décadas casi había olvidado.

Pocas veces se podrá permitir manejar más allá de tres o cuatro hectáreas de huerta ni más de veinte de secano con una caballería, pero esta carencia se puede convertir en virtud, y quizá una vuelta a lo rural de muchas familias.
POR UN MUNDO MAS HUMANO NATURAL

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