La semana pasada disfrute de unos días en la finca La Longuera, en la provincia de Albacete, al sur de España.
Alfred Ferrís y su familia permitieron que pasase estos días en su cortijo disfrutando de su compañía y aprendiendo y empapándome de la sabiduría que destila Alfred.
Fueron unos días de caballos, aperos, campo y entrañable familiaridad.
Aprovechamos la estancia para poner a punto uno de los brabanes que me traje de Francia, pero esto formará parte de otro artículo.
Pude manejar las tres bretonas juntas, moviendo una doble vertedera, y una grada canadiense de 9 rejas.
En otra ocasión fueron dos las yeguas que movieron el brabant y un avant train enganchado a un cultivador.
Pero quizá fueron los consejos y las charlas de sobremesa o en el taller lo más preciado que me traigo, consejos agronómicos y enfoques éticos de como trabajar la pequeña finca familiar que progresivamente comenzaremos a llevar con tracción animal la próxima temporada, profundidades de laboreo, idoneidad de aperos, rotaciones y tipos de cultivo, abonos naturales...... barbechos...... es posible, lo creía y ahora lo se.
Una carga de motivación extra sin la que un proyecto como este difícilmente iría adelante.
Las chicas, Nina, Venus y Pandora
"balanceando" las fuerzas
Las dos mulitas aprendiendo de las mayores
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